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Reaparecen las aguilas negras amenazando a las mujeres y sus organizaciones después del jaque mate a la Fiscal Viviane Morales

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Mujeres en la vida


se reabre así otra misión de la santa inquisición

A dónde hemos llegado, quedé preguntándome, cuando alguien se alegra por haber encontrado el cadáver de un ser querido. Y en esa condición hay miles y miles de colombianos. Para ser exactos: desde 1985, han hecho desaparecer a 25.000 ciudadanos y sólo unos pocos han sido hallados en fosas comunes. Los gobiernos se alzan de hombros y sin más se confiesan impotentes.
Contados con los dedos de una mano han sido los condenados por estos crímenes. ¿¡Quién, si no el Estado, puede blindar estas violaciones sistemáticas a la vida!? ¿A quién esconde bajo el manto de tan repugnante impunidad? Entre 2002 y 2007 han sido asesinadas o desaparecidas 11.292 personas y 955 han sido ejecutadas extrajudicialmente, según el Tribunal de los Pueblos que sesionó en Bruselas esta semana. El Tribunal Permanente de los Pueblos es el heredero del célebre Tribunal Russel, que juzgó a EE.UU. por los crímenes cometidos en Vietnam y condenó las dictaduras de los setenta en América Latina.
Es una especie de conciencia mundial de la humanidad. El Tribunal juzga y condena con base en los tratados internacionales vigentes de DD.HH., así sus fallos no impliquen más que una condena moral. En Colombia se han llevado a cabo durante varios meses tribunales internacionales especializados que han examinado la violación al Derecho Internacional Humanitario, escuchado cientos de testimonios sobre la complicidad de las empresas multinacionales en los crímenes, y en Bruselas la máxima instancia del Tribunal ha condenado al Gobierno actual de Colombia por crímenes de lesa humanidad y encontrado responsables de complicidad a las grandes multinacionales que negocian en el país con las necesidades de nuestra gente. En buena medida el Tribunal no ha hecho más que confirmar a un alto nivel las denuncias diarias que vienen haciendo desde hace muchos años Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Wola y una extensa y perseguida red de ONG nacionales.
El Gobierno se reirá de lado cuando conozca la sentencia. No así Pachito Santos cuando deba responder azorado los cuestionamientos que le harán en las oficinas de Cooperación Internacional de la Unión Europea. Allí no estará hablando con un reportero de El Tiempo ni con su ejército de escoltas sino con ejecutivos bien informados y nada pendejos que querrán poner en negro sobre blanco la relación entre los delitos cometidos por el Estado que el Tribunal condenó y los programas que la Unión Europea financia.
Porque Pacho ha logrado amarrar toda la ayuda de la Cooperación a los planes clientelistas Familias en Acción o guerreristas Cooperantes y Guardabosques que el Gobierno lleva a cabo bajo el logo de Acción Social. Tarde o temprano los gobiernos europeos y sus electores comenzarán a sentir el peso de las acusaciones de complicidad de las grandes transnacionales europeas con los crímenes que el Tribunal ha fundamentado, y entonces, Pachito saldrá de las oficinas de Cooperación mirándose la punta de sus relucientes florsheim shoes.
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Nota: escrito lo anterior se conoció la expulsión de Vivanco, director de Human Rights Watch, de Venezuela. Inadmisible. Ni que fuera embajador de Bush.
Felipe Zuleta Lleras
¡Aberrante!
Por: Felipe Zuleta Lleras
OTRO DE LOS TÍTULOS QUE OSTENTA Colombia es el de tener el penoso «honor» de seguir en número de desplazados a Sudán y Angola. «Migrantes» los llama el Sr. José Obdulio Gaviria con un cinismo que no me sorprende viniendo de quien hablamos.
Mientras en este país haya cuatro millones de desplazados deambulando y escasamente sobreviviendo, no hay la menor posibilidad de que algún día podamos alcanzar la paz. Ni siquiera acabando con las Farc, pues si yo fuera un desplazado deambulando en la gran ciudad después de perder mi parcela o mi trabajo por cuenta de los paras y la guerrilla, y en las narices del Gobierno, seguramente delinquiría para salvar a mis hijos.
Pero claro, al Gobierno del Sr. Uribe ese tema, como el resto de los temas sociales, no le importa, pues él y sus funcionarios no tienen tiempo para esos asuntos de poca monta; en cambio, les sobra para reunirse con criminales en el otrora respetable palacio presidencial, hoy conocido por todo el país como la «Casa de Nari», que ahora se utiliza para conspirar con los delincuentes.
Si al Gobierno Nacional le importara el tema de los desplazados, no los trataría como criminales porque cometieron el delito de haberse tomado el Parque de la 93 en donde se entretienen los ricos de Bogotá.
Allí no vimos a ningún funcionario del Gobierno hablando o actuando con la misma diligencia con la que actúan cada vez que quieren criminalizar a los opositores del régimen dictatorial que se entronizó en el poder.
Cómo puede nuestra mal llamada clase dirigente ser tan indolente frente al tema de estos compatriotas, que por cuenta de la violencia han tenido que abandonar sus hogares. Y lo peor aún es que ahora el país ve estupefacto que detrás de estos desplazamientos forzados en muchos casos ha habido complicidad de algunos oficiales y soldados de las Fuerzas Militares. ¡Como colombiano siento rabia y vergüenza!
Yo no sé a ustedes, pero a mí me duele Colombia, me duele verla tan mal gobernada por un ciudadano que ha demostrado tener toda la voluntad para acabar con las Farc —lo que tampoco ha logrado—, a cambio de abandonar los frentes de la protección social de sus conciudadanos.
Por supuesto que el Sr. Uribe no se inventó la pobreza en Colombia ni es el culpable de los desplazamientos, aun cuando de alguna manera haya contribuido a su fortalecimiento con sus famosas y tenebrosas Convivir cuando él y su amigo, el general pacificador, trabajaron en Antioquia.
Un país pobre como Colombia no se puede dar el lujo de invertir la mayor parte de su presupuesto en burocracia y armas mientras tenga una población mayoritariamente pobre. No puede ser que el Sr. Uribe se gaste entre 20.000 y 30.000 dólares por cada hora que se la pasa montado en el avión presidencial mientras, según la Cepal, el 62% de los niños y adolescentes se debaten entre la desnutrición, la insalubridad y la falta de educación. No recuerdo como colombiano haber visto a un presidente que hiciera tanto papel de oficio y tan poco por sus compatriotas. Los índices de miseria y desempleo demuestran claramente que el gobierno que preside el Sr. Uribe no ha hecho nada a favor de las clases menos favorecidas. ¡Aberrante!
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Notícula: Bajo la dictadura que nos regenta desde el poder ya vamos en que ahora pretenden arrestar estudiantes por encapucharse. ¡Pero es que si no lo hacen, los desaparecen como a miles de mujeres y sindicalistas!


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